Los niños no necesitan dinero

Cierra por un momento los ojos: Imagina una cascada por donde caen monedas doradas. ¿La corriente queda estancada, las monedas se quedan quietas? ¿Fluyen y se amontonan lentamente? ¿Caen rápido y desaparecen con la misma celeridad que han aparecido?
El Dinero es Movimiento. Es una fuerza de la vida manifestada en una forma de conciencia. Y va hacia donde va la conciencia que diriges.
El dinero es sólo un símbolo. Cuando no quieres dinero, ¿qué es lo que no quieres recibir? Para qué quieres el dinero? Si le exiges mucho huirá. Si le pides poco no vendrá. Los deseos infantiles no pueden atraerlo. La claridad de propósito de alguien adulto sí.
Quizá no lo quieres porque quieras negarlo, porque hay una memoria en ti que lo asocia al dolor de algo perdido y la lucha por huir de la miseria. Quizá lo desees con vehemencia porque así podrás vengarte de la carencia que vivió tu sistema familiar o que experimentaste en algún momento de tu vida. Libérate de las imágenes infantiles del dinero; ahora eres adulto y tienes el poder de decidir para qué lo quieres.
Los niños no necesitan dinero, pero los hombres sí.