Yo también construí mi hogar en nido extraño y también obedezco a la persistencia de la vida. Mi vida me quiere escritor y entonces escribo. No es una elección: es una íntima orden de batalla.
Al curar algo dañado, se reparan, mejoran y armonizan otras zonas de uno mismo y de la relación. Como cuando se lava y se quita una mancha, toda la prenda se ve más limpia.